BelĂ©n Palanco (Efe) | ParĂs
El robo de obras de Picasso, Matisse, Modigliani, Braque y LĂ©ger la madrugada del dĂa 20 en el Museo de Arte Moderno de ParĂs, "tiene todas las marcas del crimen organizado", es obra de "traficantes de armas y droga", segĂºn Noah Charney, uno de los mĂ¡s reputados expertos en robo de obras de arte.
"El crimen organizado, desde los años 60, ha sido el responsable de la mayorĂa de los delitos con obras de arte en todo el mundo" y, sobre todo, de robos de cuadros de Pablo Picasso, "el artista con gran diferencia mĂ¡s robado y falsificado en la Historia", dijo Charney.
En la pinacoteca parisina los ladrones se apropiaron de cinco lienzos. El robo de esos Ă³leos, valorados "en cientos de millones de dĂ³lares", estĂ¡ en "segundo puesto", aunque "prĂ³ximo", respecto del mayor robo de la Historia, de unos 500 millones de dĂ³lares, que "la mafia corsa perpetrĂ³ en el museo de Isabella Stewart Gardner (Boston) en 1990", afirmĂ³ Charney, fundador de la asociaciĂ³n ARCA, que colabora con organizaciones internacionales para resolver casos delictivos con obras de arte.
"Las piezas robadas en ParĂs son del mismo tipo que las que eran sustraĂdas en la dĂ©cada de los 60 en la Riviera francesa por miembros de la mafia de CĂ³rcega (sur de Francia)", señalĂ³ este experto. "La mafia corsa, entre 1961 y 1962, tuvo fijaciĂ³n por los cuadros de Picasso y CĂ©zanne, que marcaban rĂ©cords de ventas en las subastas, lo que culminĂ³ en el macrorrobo de 118 Picassos en una sola noche en el Palacio Papal de Avignon (Francia)".
Sorprendente 'modus operandi'
Sin embargo, Noah Charney declarĂ³ que el caso del Museo del Arte Moderno le sorprende por el 'modus operandi': el robo fue "limpio" y "sigiloso" y, ademĂ¡s, por la noche.
Ello sugiere, a su entender, "que estuvo bien organizado, coninformaciĂ³n desde dentro del museo sobre lagunas jurĂdicas y gestiones", y "que los ladrones, que no son trigo limpio, tienen un destinatario en mente" para su botĂn.
A pesar de los sistemas de alarma, los autores, añade Charney, "contaron con algo contundente para burlarlos". Y este es un problema actual de las pinacotecas, en las que, a pesar de que cada vez disponen de mĂ¡s medidas de seguridad, "el robo va en aumento", sobre todo en las horas de apertura al pĂºblico, como ocurriĂ³ recientemente en el Museo Munch, de Oslo.
En opiniĂ³n de Charney (New Haven, Connecticut, 1979), "la mayorĂa del arte conocido es robado para chantajear a la vĂctima o a la compañĂa de seguros, o como moneda de cambio en negociaciones entre bandas delictivas" por drogas y armas, e incluso en casos de terrorismo.
Del robo de ParĂs ha pasado una semana y los lienzos "ni han sido recuperados, ni se ha negociado ningĂºn chantaje, por lo que su destino mĂ¡s probable es, como en el caso de tantas otras obras de arte famosas, que, al ser bienes fĂ¡cilmente transportables, sirvan para negociaciones entre los grupos del crimen organizado", concluyĂ³.